El voluntariado es una manera de ayudar a otras personas y a nosotros mismos.
Estuve dos años haciendo voluntariado de Reiki en la residencia Amilcar de Barcelona donde residen personas con lesiones cerebrales. Explicarlo con palabras siempre es difícil pero ahí va!
Solidaridad y humanidad con las personas. Cuando haces Reiki a quien te lo pide (hay que respetar a los que no quieren) te olvidas de tus cosas y te entregas totalmente a esas personas aunque no las conozcas. Te lo agradecen. Cuando sales del centro parece que la terapia te la hayan hecho a ti.
Aprendes mucho, lo que es un privilegio. A veces le damos vueltas y vueltas a la cabeza con nuestras preocupaciones, obsesionándonos con ellas. Hay un dicho que he descubierto: NO TE PREOCUPES Y OCÚPATE.
Las personas de Amilcar me han hecho reflexionar mucho sobre cómo quiero vivir la vida y como me la tomo.
Cuando sales de un voluntariado tienes la sensación de flotar, te sientes feliz al haber aportado un grano de arena a esas personas sabiendo que esa noche dormirán más relajados.
Si tienes la oportunidad de hacer cualquier voluntariado (todos aportan), te recomendaría que no te lo pienses! Pruébalo!
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